Cuando somos pequeños, además de no ser altos, nos llevan a la fuerza a granjas o zoológicos para acariciar cabras, cerdos, burros, corderos para ablandarnos y hacernos creer que son simpáticos. ¡Pero no te dejes engañar por estos chismes! Los corderos son podredumbres satánicas devoradoras de cadáveres que te matarán y violarán el escape de tu auto tan pronto como les des la espalda.
¡Son verdaderos monstruos que merecen el exterminio más total con extrema crueldad!
Y si no me crees, mira el reportaje Cult of The Lamb producido por Massive Monster y distribuido por Devolver Digital...
Primero, vamos a hacerte creer que las ovejas bebés son criaturas adorables, inocentes e inofensivas. Hasta el día en que un depredador los mate. Pero esos malditos corderos... bueno, resucitaron porque la especie ha hecho un pacto con un monstruo ocultistamente malvado que necesita la sangre de las víctimas y el sudor y la sangre de los seguidores para regresar a la Tierra.
Y es allí donde, bajo sus engañosamente adorables facciones, estas pequeñas plagas sacarán armas y hechizos para matar y alistar todo lo que se mueva como heraldos de esta demoníaca divinidad.
Pero cuando el Cordero no siembra muerte a sus espaldas, manipula, fomenta y canaliza a los pobres supervivientes que se encuentran en los lugares donde antes ha sembrado desolación.
Los obliga a orar, a trabajar, a sermonearlos y aunque les presta un servicio de vez en cuando, es por puro interés de ganancia material o fervor para aumentar su influencia.
Así que ciertamente, el Cordero limpia de vez en cuando los excrementos y el hedor del asco de sus seguidores, pero es para mantener un nivel de higiene suficiente para no ver a los seguidores inocentes enfermar, o incluso morir.
Por la misma razón, los alimenta con cosas que pasará por comida, según la doctrina elegida, incluso hierba o la carne de un adepto sacrificado.
El Cordero dista mucho del Ángel proyectado por su apariencia ya que, para aumentar sus niveles y aprender nuevos talentos o habilidades para avanzar en el culto, el Cordero no se detendrá ante ningún escrúpulo.
Además, durante sus salidas para desafiar a las deidades antagónicas a su maestro, entrará en modo pícaro hasta romper parte del sello de la guarida de su enemigo.
Sin embargo, uno solo puede admirar la maniobrabilidad del Agneau. Corre, rueda, corta, lanza hechizos, con la más simple facilidad y la bestialidad más primitiva hasta el punto de que la diversión llega con facilidad, burlándose de la dificultad progresiva.
El Cordero intriga, aterroriza cada vez más al jugador hasta que lo recluta para su adoración como el más ferviente de los seguidores. Una y otra vez para cultivar, rezar, sacrificar, matar, construir en nombre de la adoración satánica. Obtén poder para enfrentarte a los estratos más feroces de deidades legítimas y sus sirvientes.
Pero nuestro Cordero tendrá, como todo buen Rogue-like, aliados bien situados que le fortalezcan en el transcurso de sus salidas.
Y saldrás una y otra vez porque cada golpe, cada sacrificio te cambiará a ti, el jugador. Te convertirás, sin darte cuenta, en un guía en toda regla sediento de la sangre y las lágrimas de todos los que te rodean. Aliados como enemigos, te sumergirás en un frenesí de diversión de videojuegos que, aunque imperfecto, marcará tu espíritu para siempre con el estigma del Cordero.
¡Así que levanta mi oveja negra y únete al Leek Cult! Tus pecados serán lavados, tu vida por fin será feliz y tu alma de jugador por fin se cumplirá para tener un título que sabrá concretar la luz de tu existencia y te traerá alegría y plenitud total.
¡Gloria a Puerro!
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