Tras el primer The Evil Within del aclamado nombre, pese a ciertas fallas, la serie de terror vuelve con su secuela, en la que encontramos a Sebastián Castellanos, un ex policía alcohólico atormentado por la muerte de su hija. Quien quizás no esté tan muerto después de todo, la organización de Moebius le pide que regrese a STEM (una máquina que conecta cerebros entre ellos) y que vaya en busca de su amada hija.
Tuve la oportunidad de jugar el primero durante la gamescom 2014. Como expliqué entonces, no me gustaba mucho este tipo de juegos y eso no ha cambiado. Así que me incliné ante el ejercicio, con una mirada realmente nueva.
Desde los primeros minutos del juego, sentí claramente la influencia de Resident Evil. Después de todo, tiene sentido que Shinji Mikami, el padre de Resident Evil, también esté detrás de The Evil Within. Este no es el caso de esta nueva obra, pero la marca permanece.
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Los primeros pasos son bastante intervencionistas, teniendo un poco la sensación de deambular por pasillos, al acecho del más mínimo ruido, y estresante casi en cada rincón del muro, preguntándose qué saldrá de él. Por tanto, el capítulo 1 actúa como un pequeño tutorial.
En el Capítulo 2, las cosas comienzan a ponerse un poco más interesantes. El mundo se vuelve más abierto, con la pequeña ciudad de Union, incluso con algunas misiones secundarias. Una apertura por supuesto, pero no total. A pesar de todo, las zonas permanecen cerradas, unas veces justificadas por efectos visuales, otras por un simple muro invisible que estropea un poco la inmersión.
Esta semiapertura ofrece, por tanto, una especie de juego de dos caras. Una cara estresante y opresiva durante la búsqueda principal, donde uno es la mayor parte del tiempo guiado hacia el objetivo, casi más espectador que jugador. Y un lado más "relajante", donde la exploración se vuelve más importante, donde el peligro aún acecha a pesar de todo, pero que permite al jugador respirar un poco.
Los invito a ver mi vivo dedicado a The Evil Within 2, donde repasé los dos primeros capítulos:
Conclusión
Al final, sin ser un gran fanático del survival horror, The Evil Within 2 es apreciable. Algunos pasajes son de hecho bastante estresantes, si has visto el video, incluso me habrás visto saltar dos veces, pero puedes sentir la garra de Mikami con mucha fuerza. Y la parte de "horror" ciertamente sufre en beneficio del lado de acción iniciado en el reciente Resident Evil. Claramente es una lástima para los fanáticos del género, esperaba un poco más de emoción (¡aunque tengo mucho miedo de tener miedo!), Pero los cobardes como yo seguramente disfrutarán más del juego sin arriesgarlo. Ataque al corazón al más mínimo cruce .
Dicho esto, el ambiente sigue siendo un referente y los personajes, muy carismáticos, realmente te dan ganas de saber más sobre ellos y sus vidas. Lejos de ser simples títeres, todos tienen sus propios personajes y sentimientos, mucho menos maniqueos de lo que generalmente se puede encontrar en los videojuegos. En cualquier caso, esto es claramente lo que me hace querer continuar el juego, a pesar de la poca atracción que generalmente tengo por este tipo de juegos.