Durante trescientos años, Taris ha sido un pantano postapocalĂptico abandonado, pero nunca olvidado, por el resto de la galaxia. Hasta hace poco, solo las ruinas cubiertas de maleza eran un testimonio de la civilizaciĂłn que prosperĂł allĂ antes de ser diezmada por el Lord Sith Darth Malak mientras buscaba eliminar al Caballero Jedi Bastila Shan.
Con la esperanza de superar las atrocidades cometidas por los Sith, la República se ha fijado un objetivo titánico: recolonizar Taris mediante el establecimiento de un puerto espacial, una base militar y el comienzo de una civilización dentro de las ruinas. Pero los restos de la gloriosa ciudad del planeta están resultando más peligrosos de lo que nadie imaginaba, y muchos creen que los esfuerzos de la República para recuperar Taris están condenados. Una cosa es segura: el peligro no radica tanto en lo que los Sith destruyeron como en lo que les sobrevivió.
En lo profundo de las ruinas pantanosas reside un antiguo mal, una vez confinado a la ciudad subterránea de Taris. Hordas de feroces rakghouls, abominaciones nacidas de experimentos Sith, asolan la faz del planeta. Cada ataque corre el riesgo de infectar a la vĂctima y transformarla en un monstruo a su vez. Incluso se dice que algunos rakghouls han desarrollado poderes tan extraños como formidables.
Decididos a superar estos obstáculos, la RepĂşblica y los lĂderes Jedi se propusieron recuperar el planeta. Al reconstruir lo que los Sith destruyeron hace tres siglos, enviarĂan un fuerte mensaje a toda la galaxia, demostrándoles que ya no hay que temer a los Sith. Pero el Imperio no tiene intenciĂłn de concederles tal victoria.
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La RepĂşblica ha emprendido la recolonizaciĂłn del planeta
Pantanos, ruinas modernas, lluvias frecuentes
Afeitado por Lord Sith Darth Malak hace 300 años en la Guerra Civil Jedi